“Todo fluye” (Heráclito)
Nos abandonan,
Como pájaros subterráneos,
Arrojados en este perpetuo crujir
De alas.
Estallan y sucumben
Con la ternura y la soledad
De las piedras intactas,
Como oráculos roídos
Por las aguas del devenir.
¡Oh anfibio reino!
Todavía brotan esos cuerpos de asfalto
Y sacuden a la tierra con ecos desnudos.
No me agrada este mundo que apenas me contiene,
Esta nube errante que me ilumina y me engendra,
Esta insensata penumbra del hastío.
Temblar y abismar,
Casi lejos del tiempo,
Sobre esta cosmogonía exhumada
En las brumas.
Hay diluvios que anuncian el exilio
Entre las esfinges.
Pero no hay ningún enigma:
Sólo la orilla del mundo.
Labirinti
“Tutto scorre” (Eraclito)
Ci abbandonano,
Come uccelli sotterranei,
Scagliati in questo perpetuo scricchiolare
Di ali.
Esplodono e soccombono
Con la tenerezza e la solitudine
Delle pietre intatte,
Come oracoli rosi
Dalle acque del divenire.
Oh anfibio regno!
Ancora spuntano quei corpi di asfalto
E scuotono la terra con echi nudi.
Non mi piace questo mondo che appena mi contiene,
Questa nuvola errante che m’illumina e mi genera,
Quest’insensata penombra della noia.
Tremare e sprofondare.
Quasi lontano dal tempo,
Su questa cosmogonia riesumata
Nelle brume.
Ci sono diluvi che annunciano l’esilio
Tra le sfingi.
Ma non c’è nessun enigma:
Solo la riva del mondo.